La jungla mañanera: Un safari urbano

El sol apenas asoma por el horizonte y la ciudad ya ruge como un león hambriento. No es por la belleza del amanecer, no, es por la horda de conductores que, cual estampida de búfalos, se lanzan a las calles en busca de su presa: el trabajo y la escuela. La batalla comienza temprano, a las 6:00 a.m. en punto. Los primeros en salir son l os más aguerridos, aquellos que saben que la jungla no perdona a los rezagados. Sus armas: café, bocinas estridentes y una mirada de "si me tocas, te mato". Luego, viene la segunda ola: los padres kamikaze. Su misión: llevar a los niños al colegio en tiempo récord, mientras se maquillan, se peinan y se ajustan la corbata. No importa si hay que zigzaguear entre los carros, frenar en seco o subirse a la acera, el objetivo es llegar a tiempo, aunque sea a costa de la vida propia y de los demás. Y por último, están los rezagados, aquellos que salieron a última hora porque "no tenían tiempo". Estos pobres animales son presa fácil de...