TU PUEDES HACER LA DIFERENCIA

¿No te hastía a veces de la manera en que están las cosas? Miras a tu alrededor y ves a otros jóvenes autodestruyéndose: bebiendo, usando drogas, teniendo relaciones sexuales prematrimoniales, haciendo trampa. ¿No te gustaría poder hacer algo para que despierten y vean cómo se destruyen a sí mismos? Tal vez puedas.
Durante los años de 1600, un predicador en Kidderminster, Inglaterra, se sintió consternado por la inmoralidad y las borracheras que veía en su villa. En vez de quejarse, Richard Baxter decidió tomar medidas.
Todos los lunes y los martes pasaba 7 horas impartiendo clases a los niños de la ciudad… sin dejar ni uno. Los miércoles iba casa por casa para asegurarse de que todas las viudas, todas las personas mayores y todos los ciudadanos con limitaciones físicas se encontraran bien. En su «tiempo libre» preparaba sus sermones y escribía libros. Como resultado de los esfuerzos de Baxter bajo la dirección de Dios, Kidderminster se transformó en un lugar adonde casi todos los hogares honraban a Dios, leían la Biblia y oraban.
Esdras 9 y 10 nos hablan de otro hombre de un fervor santo. ¿Leíste lo que hizo Esdras? Estaba tan molesto por los pecados de los israelitas y tenía tal celo por la causa de Dios que desgarró sus vestidos, se arrancó el cabello y la barba, y se tiró al suelo. Eso no es todo. También oró y lloró por Israel. Debido a su preocupación, la gente se arrepintió de sus pecados.
¿Alguna vez has considerado tratar de hacer algo respecto al mal que te rodea? No es fácil. Se necesita el arduo trabajo de un Richard Baxter y el celo piadoso de un Esdras. Pon esa combinación a trabajar. Con la ayuda del Dios viviente, puedes marcar la diferencia donde vives.

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