Preocupaciones que no valen la pena

Solemos preocuparnos. Nos preocupamos de cuestiones financieras, escolares y legales. Nos preocupamos de que no vayamos a tener dinero suficiente, y cuando lo tenemos nos preocupamos de que no vayamos a administrarlo bien. Nos preocupamos de que el mundo se acabe antes de que expire el tiempo en el reloj del estacionamiento. Nos preocupamos de lo que el perro piense si nos ve salir de la ducha. Nos preocupamos de que algún día nos enteremos de que el yogur libre de grasa nos engordaba.
Francamente, ¿te salvó Dios para que te preocuparas? ¿Te enseñó a caminar solo para verte caer? ¿Se dejaría clavar en la cruz por tus pecados para después desatender tus oraciones? Vamos, hombre. ¿Se burla de nosotros la Biblia cuando dice: «A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos» (Salmo 91:11).


Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.
Salmos 37:25


Tomado del Libro Gracia Para Todo Momento
Autor: Max Lucado

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